El jardín...

El mejor remedio para quienes sienten miedo, soledad o desconsuelo, es salir a algún sitio donde puedan estar a solas con el cielo, con la naturaleza y con Dios. Porque solo entonces siente uno que todo es como debe ser, y que Dios desea ver a la gente feliz, rodeada de la sencilla belleza de la naturaleza. Mientras esto exista, y seguramente existirá siempre, yo sé que habrá consuelo para todas las penas, cualesquiera que sean las circunstancias, y estoy firmemente convencida de que la naturaleza brinda alivio a todos los pesares. 
ANA FRANK







Emily Dickinson una vez se declaró como una lunática de los bulbos. Y seguramente debe haberles parecido una lunática a los vecinos que la veían trabajar en su jardín durante las noches de verano en lo que ella llamaba flower beds o camas de flores. De todos sus hermosos poemas uno me hace sentir particularmente cercana a esta mujer hermosa en tantos sentidos.

There is another sky,
Ever serene and fair,
And there is another sunshine,
Though it be darkness there;
Never mind faded forests, Austin,
Never mind silent fields -
Here is a little forest,
Whose leaf is ever green;
Here is a brighter garden,
Where not a frost has been;
In its unfading flowers
I hear the bright bee hum:
Prithee, my brother,
Into my garden come!

Ahora se sospecha que su aficción a la jardinería noctura podría estar relacionada a problemass en la vista aunque cualquiera que visite un hermoso jardin en la noche sabe que ese placer no necesita de excusa alguna